Si algo tenemos que aprender de la crisis de la COVID-19 es que necesitamos urgentemente ampliar nuestra visión, y nuestras referencias, para conectar las preguntas y los modelos, indicadores y narrativas que utilizamos para responderlas con una nueva bioeconomía circular que ya empieza a abrirse camino a pesar de la hostilidad de todos los campos mono-disciplinarios tradicionales.
