Una vez tenemos claro que el papel de EH Bildu no se da desde una posición de debilidad, sino de fortaleza, hay que entrar a preguntarse si este nuevo liderazgo dentro del bloque plurinacional de la investidura puede conllevar avances en la resolución del conflicto territorial, lo que vendría acompañado, necesariamente, de una transformación de lo que hasta hoy ha sido el R78
